Vive tranquilo, trabaja asegurado, contrata la mejor póliza para oficinista o propietario de embotelladoras

En la antigüedad solo se podían verter líquidos en vasijas de barro. Algunos poderosos tomaban y escanciaban su vino en vasos e instrumentos hechos de vidrio, pero de un vidrio de pésima calidad para los estándares modernos. Para el final de la Edad Media la técnica actual de producción de vidrio era un secreto bien guardado en Murano, Venecia.

Luego, con la revolución industrial, los recipientes de vidrio se masificaron. Sin embargo, sólo con la llegada del plástico, hecho de polímeros del petróleo, se empezó a embotellar el agua. Gracias a las embotelladoras pudieron prosperar en todo el mundo empresas que vendían todo tipo de productos en estado líquido: desde gaseosas hasta productos de limpieza.

Sin los propietarios de una embotelladora, que son los empresarios encargados de mantenerlas a flote, o los oficinistas, que son el cerebro tras la puesta en operaciones de esta industria, las embotelladoras no podrían existir. Y sin ellas, la vida diaria se convertiría en un caos. ¿Cómo se podrían contener en recipientes de otros materiales tantos miles de productos?

Aunque parezca que los oficinistas o propietarios de una embotelladora no se exponen a peligros, la realidad es muy distinta. El estrés es el peor enemigo de un trabajador, y en este caso, ser el cerebro y las ruedas de una embotelladora es exponerse a mucho estrés.

Pensado que las caídas y los accidentes con maquinaria pueden ocurrir con estrés o sin él, las compañías de seguros han diseñado pólizas que se ajustan a la realidad de los dueños y oficinistas de una embotelladora.

El seguro sobre accidentes personales para estos trabajadores y empresarios incluye distintos servicios. Entre estos se encuentra el pago de gastos médicos y farmacéuticos, en caso de que un accidente lo obligue a hacer una visita imprevista al doctor.

También se incluye una póliza para casos de accidentes graves, que tengan como consecuencia la invalidez total o parcial, permanente o temporal del trabajador. En este caso, él recibirá una indemnización que le permitirá vivir mientras no pueda trabajar.

En casos de muerte accidental, el seguro correrá con los gastos de sepelio, lo que le quitará un peso a la familia del asegurado, en los momentos más difíciles.